Algo le ocurre al timbre de la casa

Algo le ocurre al timbre de la casa:
se le olvida sonar,
se ha vuelto flojo.

Afuera pasan coches
con llantas de algodón.

Sobre las láminas de la azotea
merodean gatos de aire.

Las vecinas se gritan en secreto.
El canto de las aves es de luz.

Pupeta no sabe
de qué se trata la sordera.

Para ella, lo que pasa
es que todas las cosas
han ido enmudeciendo poco a poco.
Entonces, también ella
permanece en silencio.

A veces pasan meses
sin que lance un ladrido.

Sólo cuando duerme,
soñando con carteros y con timbres,
con gatos fastidiosos,
con pelotas de goma rebotando,
la cola se le activa, gruñe un poco,
y quedito,
así, sin despertarse,
ladra.