Luz de otro lugar

Tras el cristal de la ventana,
las varias y borrosas formas que interpretan el amanecer
son sólo una simulación forzada de sí mismas,
un cálculo menor del sitio al que supuestamente he vuelto.

Miro las sombras resbalar por las paredes;
ya no se pueden sostener: se han mantenido
colgadas al pretil la noche entera.
Pero la luz que alumbra esa fachada
no es la que yo recuerdo prodigándose en sus grietas,
en las casas de al lado, en las esquinas.

Esta luz es la luz de otro lugar,
de un día diferente, en todo caso.
Una luz impostora que a la vista de todos
se roba la estructura y el color de cada cosa.

Yo conozco esa torre y esos árboles:
suelen comunicarse con palomas a esta hora.

Aquella radio emite su canción desde la nada.
Huele a pan de mentira recién hecho.

Esta no es la película que vine a ver.
(Debería haber alguien en aquella banca.)

Tal vez ha amanecido demasiado pronto.

El mismo tiempo de antes no parece ser el de antes.

Quizás en un lugar distinto
el mundo seguiría siendo el mismo.